lunes, 28 de abril de 2008

EL PRIMER HOMBRE QUE VOLÓ

LA VERAZ, SORPRENDENTE Y POCO CONOCIDA HAZAÑA DE DIEGO MARÍN AGUILERA


Numerosas habían sido las ocasiones en las que el hombre había intentado, infructuosamente, emular a las aves, he aquí, recogidos fielmente de la historia todos estos ensayos, veamos su cronología:
- En el 3.500 antes de nuestra era ya se representaba en las monedas al rey babilónico Etena surcando los cielos sobre un águila, pero era tan solo una representación.
- La mitología griega nos presenta a Icaro saliendo del laberinto gracias a unas alas de cera que fueron derretidas por el calor del sol, precipitándose al suelo tan atrevido aviador, pero fue tan solo una leyenda mitológica.
- También se nos cuenta que el profeta Elías subió a los cielos en un carro de fuego, pero, creencias aparte, parece tratarse de un “sueño profético”.
- Suetonio nos narra que en tiempos de Nerón, un “hombre pájaro” murió estampado contra el suelo, cuando era obligado a volar durante una orgía del cruel emperador.
- Una crónica nos relata como el emperador de Bizancio contemplo horripilado la muerte de un súbdito que fue forzado a probar unas alas inventadas por un sabio de su corte.
- Mas tarde, dicen que el emperador chino Shim, saltó desde una torre tocado de dos descomunales sombreros, y que llegó al suelo muy sonriente, había conseguido ser el primer paracaidista.
En el 852, en España, un tal Armen Firnan, salto desde otra torre vistiendo una gran capa, no voló, pero es posible que fuera el primer paracaidista accidentado de la historia.
- Sobre 1.110, un monje inglés llamado Eilmer provisto de unas precarias alas se lanzó desde la torre de su abadía, no consiguiendo más que fracturarse las piernas y poner en peligro su existencia.
- En una fecha indeterminada, tal vez 1.162, un hombre se lanzó a la muerte desde una torre de Constantinopla utilizando unas rudimentarias alas y revestido de plumas, es posible que se tratase de Abbas ibn Hirman.
- En 1.269, el inglés Roger Bacon sostenía que: "pueden hacerse máquinas voladoras con un hombre sentado en medio, que hace girar una máquina por medio de la cual hábilmente consigue que lar alas se agiten en el aire como las de un pájaro al volar", pero no voló.
- Allá por el 1.300, Marco Polo nos relataba que había observado como el ejercito chino empleaba niños de poco peso, que sujetos a unas cometas, servían como espías de los movimientos del enemigo, pero no volaban, tan solo se sobreelevaban atados a estos artefactos que permanecían estáticos.
- Ya en 1.490, el genial Leonardo da Vinci diseña varias maquinas voladoras, pero ninguna consiguió volar por lo que abandonó estos proyectos.
- Años mas tarde, el francés Denís Bolor se lanzó al vacío utilizando unas alas provistas de unos resortes que producían un aleteo semejante al de los pájaros, el mecanismo falló y hubo que lamentar su muerte
- En 1.515, un artesano llamado Rodrigo Duque, mas conocido por Rodrigo Alemán, murió estrellándose contra el suelo, cuando trataba de escapar, utilizando unas alas fabricadas por el mismo, de la torre de la Catedral de Plasencia (Cáceres), donde estaba preso por sus numerosas estafas.
- Sobre 1.600 se sabe de un personaje gálata llamado Hazarfen Celebí que también lo intentó.
- También se sabe de los vanos experimentos de Besnier, un carpintero del S XVII que trato de volar con un rudimentario armatoste de cuatro alas movidas por sus brazos y piernas.
- Posteriormente, en 1742, un alocado anciano, el marqués de Bacqueville, intentó atravesar el Sena a bordo de un estrafalario aparato volador que el mismo había diseñado, no consiguiendo más que estrellarse contra una gabarra y numerosas fracturas de huesos.
- El 4 de junio de 1783, los hermanos Montgolfier consiguieron elevar un globo de aire caliente y tres meses mas tarde en otro globo introdujeron: un carnero, un pato y un gallo. Poco después, el físico francés Jacques Charles hizo ascender, esta vez sin “tripulación”, un globo relleno de hidrogeno, con el que el 21 de noviembre de 1783, Pilâtre de Rozier y el marqués de Arlande, se elevaron sobre los jardines de la Muerte de París. Pero estas elevaciones y descensos en globos cautivos, aeróstatos, no se pueden considerar vuelos.

Después de esa fecha no se conocen mas intentos hasta que en 1793, por fin, el hombre fue capaz, por primera vez, de volar a voluntad, siguiendo rumbos determinados y aterrizar a bordo de una maquina mas pesada que el aire, he aquí la veraz y portentosa historia del primer hombre que lo consiguió:

Diego Marín Aguilera, nació sobre 1745 en Coruña del Conde, población burgalesa muy cercana a la antigua ciudad romana de Clunia, de la que recibe el nombre, Coruña en este caso, es una degradación lingüística de Clunia.

Muy pronto, aquel joven pastor, destacó y alcanzo fama entre sus vecinos, pues mostraba inusuales dotes, tanto para la mecánica, como un sorprendente ingenio natural que le llevo a inventar diferentes mecanismos, así por ejemplo; se sabe que muy joven reformó el sistema de un molino sobre el río Arandilla, con el que asombró a sus paisanos pues se mejoraba notablemente la producción. También se sabe que poco más tarde e impulsado por el éxito obtenido fue capaz de construir una novedosa maquina para un batán, asimismo diseñó y construyó un ingenioso sistema para laminar mármol, que fue instalado, y estuvo funcionando hasta no hace muchos años, en la cercana cantera de Espejón, también sabemos de una instalación para la transformación del lino, que hasta entonces acarreaba labores muy incomodas.
Esta capacidad inventora le llevó a investigar aquello tan anhelado desde siempre por la humanidad, ser capaces de volar, Diego Marín se dispuso a conseguirlo, para ello, pasó años estudiando el vuelo de las aves, sobre todo de las águilas que abundaban en su pueblo, hizo constantes comparaciones sobre el peso de estas aves, sus dimensiones y la disposición de sus plumas.
Después diseñó minuciosamente su maquina voladora y con la ayuda del herrero del pueblo, construyo una especie de pájaro mecánico, producto de sus largas investigaciones. El armazón era de madera, aligerada de peso, las alas, a escala de las de las águilas, median dos varas y media cada una, es decir, 2 mts. y 8 cmts., y estaban construidas por finas varillas de hierro, entrecruzadas de alambre y recubiertas por plumas de águila con la misma disposición que en la anatomía de estas aves, la cola estaba construida igual que las alas y lógicamente también a escala y proporción de pesos, la maquina estaba dotada de mecanismos y manivelas para mover tanto las alas como la cola para poder gobernar esta aeronave.
Una vez terminado este llamémosle, “primer avión”, la noche del 15 de Mayo de 1.793, ayudado por sus amigos y confidentes lo subió al monte donde todavía está el castillo de su pueblo, allí con total seguridad en su proyecto, se lanzo al aire con la determinación de llegar hasta Soria haciendo escala en una colina de Burgo de Osma y después regresar al pueblo, aprovechando las térmicas, como hacen las aves.
Ante el estupor de sus amigos el artefacto salió volando con el rumbo determinado, se elevó unos 6 metros y continuo volando, hasta perderlo de vista, con su creador Diego Marín a bordo, que desde luego había logrado ya su objetivo, pues voló durante una distancia de mas de 500 metros, aterrizando después suavemente, de esta forma se había conseguido el anhelo más antiguo de la humanidad que parecía estar reservado para este humilde pastor castellano.
Su intento de llegar a Soria se vio truncado por la falta de resistencia de un pernio del ala derecha, lo que le obligo a aterrizar, eso sí, lanzando maldiciones contra el herrero que no lo había hecho más consistente siguiendo sus indicaciones.
Tan seguro estaba de poder seguir volando y legar a Soria, como pretendía demostrar, que recogió el aparato para reparar el pernio e intentarlo en otra ocasión, sin embargo, los parientes de Diego Marín, ayudados por el cura del pueblo y para evitar que volviese a poner su vida en peligro, lo destruyeron, lo que unido a las burlas de sus vecinos, le causó una profunda depresión en su genial personalidad, y dicen que fue esta melancolía la que produjo su muerte a la temprana edad de 44 años.
MONUMENTO - HOMENAJE DEL EJÉRCITO DEL AIRE A DIEGO MARÍN,
al fondo el castillo de Coruña del Conde,
lugar desde donde emprendido su hazaña.

Dada la humilde condición de este primer aeronauta, este hecho histórico no fue suficientemente divulgado, quedando relegado al olvido, lo que fue aprovechado con posterioridad por figuras de relumbrón de la nobleza europea y pseudo –científicos para intentar arrogarse la autoría de este evento, llegando a arrebatarle, en algunos casos por desconocimiento, esta primacía, de tal forma que si consultamos en diferentes textos veremos que en cada uno se nos da un pionero de la aviación, así podremos ver con posterioridad a Diego Marín figuras como:

- André-Jacques Garnerin que el 22 de Octubre de 1.797 saltó en paracaídas sobre París desde un aerostato, ya teníamos, otra vez, a un paracaidista diciendo que había sido el primero en volar.
- El extravagante barón inglés Sir George Cayley, quien en 1.849 creó un artefacto denominado “paracaídas dirigible” mediante el cual transportó dentro de una jaula, durante algunos metros a un niño de 10 años, hijo de uno de sus sirvientes.
- Henri Giffard, quien en 1.851 acopló un motor de vapor a un globo, desarrollando así un primer dirigible, pero no sería hasta 1.898 cuando estos artefactos se independizaron totalmente del capricho de los vientos con Dumont y Zeppelin
- John Montgomery, quien aunque no está muy documentado, parece ser que voló 200 metros en 1.884 en Oakland, estrellándose el planeador contra el suelo tras este breve recorrido.
- Otros textos atribuyen a Otto Lilienthal esta primacía en el arte de surcar el aire, ya que el 29 de Junio de 1.895 consiguió volar a bordo de un planeador más rudimentario que el de Diego Marín, pero este ya había volado, como hemos visto, 102 años antes y con un aparato mas perfeccionado. Como el artefacto de Lilienthal carecía de mandos de gobierno se estrelló en uno de sus saltos, y cuando era extraído agonizante de los restos de su planeador dicen que exclamo: ¡Hacen falta víctimas!, frase que fue utilizada como línea de conducta, años mas tarde, por los alemanes.
- Ya en el siglo XX, unos fabricantes de bicicletas norteamericanos, los hermanos Wright acoplaron un motor de explosión a un planeador del tipo Lilienthal, por lo que son reconocidos por algunos como padres de la aviación moderna, pero en ningún caso como los primeros en volar.

Cuadro expuesto en el Museo del Aire donde puede leerse: El 15 de Mayo de 1793 en la localidad burgalesa de Coruña del Conde, Diego Marín Aguilera, consiguió volar por primera vez conocida en la Historia de la Humanidad.

Este injusto olvido, durante siglos, de la gesta de Diego Marín Aguilera, ha sido honrosamente enmendado últimamente y así lo han reconocido:

- El Ministerio Español de Educación y Ciencia, fundando un Instituto de Enseñanza Secundaria con el nombre de este héroe.
- El Ejercito del Aire de España que ha erigido un monumento con un moderno avión reactor en el mismo sitio donde Diego Marín inició su vuelo, en su base puede leerse: “El Ejercito del Aire al primer hombre que voló”.
- La Real Academia de Ingeniería de Madrid, en el discurso: “Arte, Ingenio, Ciencia y Técnica en los Proyectos Aeroespaciales” del académico, Excmo. Sr. D. José Luís López Ruiz
- La Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica de Madrid
- El grupo de Investigación DIEMAG, (Siglas de Diego Marín Aguilera), del Departamento de Ingeniería de la Universidad Politécnica de Madrid, que escogió este nombre en honor de este desconocido héroe de la pretecnología.
- Televisión Española que en su programa “Al filo de lo imposible” rememoró la hazaña de Diego Marín, culminando su vuelo hasta Burgo de Osma, Soria, y regreso en un aparato similar tripulado por Laureano Casado.
- El cineasta español Fidel Cordero que con su película: "La Fabulosa Historia de Diego Marín", protagonizada por: Martxelo Rubio, Alicia Borrachero, y Txema Blasco, ha concursado en diferentes certámenes internacionales.
- El Real Aero Club de Burgos, que tampoco presenta dudas al afirmar que Diego Marín Aguilera fue el primer hombre en volar con un aerodino construido por el mismo.
-El Ministerio de Fomento de España (AENA) y el Excmo. Ayuntamiento de Burgos que con un monolito a la entrada del aeropuerto de Burgos recuerdan a este primer aviador y le rinden homenaje.

Ya para concluir, expresar mi deseo de que esta detallada exposición sirva para que no se vuelva a olvidar a este ilustre, pero humilde, castellano que como queda ampliamente demostrado fue EL PRIMER HOMBRE QUE VOLÓ.

jueves, 10 de abril de 2008

EL BOFORDO

El Bofordo o hastiludium es nuestro “Juego de Bofordar”, también denominado “Lanzar a tablado”, se trata de una justa o torneo que se viene realizando en Burgos, con alguna interrupción, desde el S VIII, al menos y donde aún se recuerda a los afamados “Bofordadores Burgaleses” que incluso cuentan con sitio y calle en su memoria y aún se celebran este tipo de torneos con motivo de algún fasto.
Además del nombre de la competición, el bofordo es un venablo corto arrojadizo muy a la usanza de los godos, al que la RAE llama bohordo, en francés es “bohort”, en la Crónica Godo lusitana (1140) se cita como “buffurdium” y en la “Estoria” de Alfonso X “El Sabio” ya se denomina “bofordo”:
“demandó por un caballo é tomó un bofordo en la mano, é fuese al tablado”

En el Poema de Fernán González se nos narra que en el 932 durante los desposorios de “El Buen Conde”, que era como le llamaban, con doña Sancha hija de Sancho I de Navarra, ya hubo juegos de bofordar, según las costumbres de la época para mayor esplendor de los esponsales:

Fuéronse para Burgos cuando ir se podieron;
Luego que alli llegaron grandes bodas fecieron;
Non alongaron plazo, bendiciones prendieron;
Todos, grandes e chicos, muy gran gozo hobieron.

Alanzaban en los tablados todos caballeros;
A tablas e escaques jugan los escuderos;
De otra parte mataban los toros los monteros;
Habia ahi muchos cítulas e muchos violeros.

En el Cantar de Mío Cid se cita como “Los Juegos de tener armas y quebrantar tablados” y nos explica en el episodio de las Bodas que dichos juegos consistían en matar muchos toros, alanzar tablados y bofordar:

Todas las gentes del Cid con júbilo los miraban,
Las armas iban jugando, los tablados derribaban”.

“Los Siete Infantes de Lara” comienza con:
“Los Bofordadores en las bodas de Doña Lambra”:

Andudo con sus compañas fasta a Burgos llegare,
por veer los trebejos que fazían e el tablado lançare,
para doña Llambra con sus dueñas mandó ý tienda armare.

Primero lançó su vara el conde Garci Fernández
e después lançó otrosí el bueno de Ruy Velázquez,
e después Muño Salido, el que bien cató las aves,
e muchos de otras partes; e desí lançó Alvar Sánchez.

En este episodio se narran las bodas en Burgos de doña Lambra de Bureba con Ruy Blazquez, a las que asistió García Fernández “El de las manos blancas”, segundo Conde de Castilla, hijo de Fernán González y primo de la desposada. Siguiendo la costumbre, para dar realce a las nupcias, se jugaba el bofordo, para ello se montó un alto tablado en la glera de Burgos. Los bofordadores salían uno por uno, a galope tendido de su caballo para arrojar un solo bofordo contra un castillete de madera que se erigía sobre el tablado, quien tenia tanta pujanza en su brazo y tanta destreza como para derribarlo de un solo golpe certero era considerado como campeón, aunque también se consideraba el traspasarlo de parte a parte:

Esforçandose de ferir aqueill tablado et destruyr segunt su poder

Con ocasión de las largas estancias en Burgos de Felipe el Hermoso junto a su esposa la Reina Juana también se juega el bofordo, según relata Antoine de Lalaing en su “Voyage de Philippe le Beau en Espagne (1501), e incluso hay quien dice que el propio Rey participó en la liza junto a cincuenta gentilhombres.

Estas justas están reguladas por muy exactas normas:

-Se debe contar con autorización para celebrarlas y se debe pregonar la fecha y lugar donde se han de realizar para conocimiento general.

-Para evitar daños, los bofordos deben tener la punta amolada o protegida con una funda de hueso: “fierro ninguno agudo, enbotado ni enquara taillado, con sortilla de fierro o de cera o de huesso”. Incluso en alguna ocasión se indica expresamente que las armas no deben llevar casquillo: “todo cauallero que traxiere fierro en la lanza el día que ixieren a bofordar pecho ii morabetinos a los otros caualleros et si trayendo fierro fiziesse danno peche el coto como es fuero”, de donde se desprende que existen sanciones económicas o incluso mayores: “que firiere ad alguno o fiziere homezidio o algú otro danno, deve seer costrenido de peitar la pena del homezidio e de emendar el otro danno”.

-Los caballos deben ser “corrientes con muy fuert remetida et cubiertos” ya que deben llevar petrales con esquilas, “campanetas o cascavieyllos” para avisar a los incautos, de tal forma que puedan esquivar su veloz arrancada y carrera, lo mismo que los bofordos mal dirigidos, también se advierte sobre la doma de los caballos: “si cauallo mal enfrenado o mal temprado fiziere danno o matare ome, si non fuere día señalado, que yxieren a alanzar o bofordar, peche el danno o de el dannador”.

-No existen trofeos, tan solo la fama y el prestigio de jugar bien “es alabada aquella uegada más que los otros de nobleza de tirar” y para el campeón que logra derribar el castillete se le otorgan los máximos reconocimientos: "es loado ante todos por avantailla de nobleza”.