miércoles, 27 de febrero de 2008

LAS MARZAS I



LAS MARZAS

¡Feliz año nuevo!. No faltará quien se extrañe al recibir esta felicitación a estas alturas del año, pero tiene su razón de ser, estamos en las Calendas de Marzo, (Kalendae Martiae), que era el principio del año según el antiguo calendario romano por el que nos estuvimos rigiendo en Castilla durante siglos.

Y por esto, esta noche del 28 o 29 de Febrero durante la madrugada del 1 de Marzo, se renueva cada año en los territorios de la antigua Bardulia, de la Castilla primigenia, una antigua tradición que se pierde en la noche de los tiempos unida a nuestra civilización romana y a los pobladores anteriores, estoy hablando del Canto de Las Marzas, que más que una costumbre atávica, es un rito que ha perdurado hasta nuestros días, en forma de tradición oral transmitida de padres a hijos, en una especie de historia no escrita, de una costumbre nunca olvidada que nos une, como digo, a nuestros primeros ancestros.

Marzo era el primer mes romano, su nombre nos recuerda que estaba encomendado al dios Marte, que entre otras cosas era el protector de los jóvenes varones solteros y de sus actividades, y precisamente en estas fechas, en la cultura romana se celebraban Las Equiria que eran unas fiestas exclusivas de los jóvenes varones del imperio, aunque también estaban unidas a ritos agrícolas propiciatorios de la fertilidad y también como bienvenida a la primavera. Estas fiestas tuvieron el calado suficiente en los antiguos pobladores de Castilla: Bardulos, Vacceos, Autrigones... etc., que las acogieron como propias o las adaptaron a las que ellos ya celebraban.

Este rito, esta celebración pagana, es una de las pocas que no fueron adoptadas por el cristianismo y como he indicado al principio se extiende exclusivamente por algunos territorios de la antigua Bardulia, de esta forma perdura en Las Encartaciones de Vizcaya, en varios valles de Santander, en varias comarcas de Palencia y en casi toda la provincia de Burgos, eso sí, en cada zona se presentan con alguna disimilitud, aunque todas son muy afines en contenido, melodía y estrofas. Tal vez la diferencia más notable se encuentra en Santander, donde también participan las mozas a ritmo de pandero, mientras en el resto solo participan los hombres y en algunos casos solo los mozos solteros, empleándose este rito como iniciación a la edad viril adulta.

De esta forma, no es extraño, ver aún en nuestros pueblos a los mozos cantar las Marzas, que sin duda tienen mucho que ver con aquellas Equiria y ritos iniciáticos anteriores e incluso con antiguas ceremonias paganas de fertilización de la madre tierra como ya hemos dicho.
La cuadrilla de Marzantes esta estructurada jerárquicamente, siendo comandada por el soltero mas viejo, en la cuadrilla se ingresa después de la pubertad, debiendo pagar el novicio para poder marcear una determinada “patente” y superar diversas “pruebas de virilidad”, además los recién ingresados deben soportar la Noche de Marzas el peso de las cestas donde se recogen los obsequios, llevar los faroles, o se les encarga de “visitar” las huertas para “recoger” las hortalizas con las que aderezar la cena.

Normalmente son dos grupos que recorren el pueblo, situándose unos a cada extremo de una calle, y otras veces alrededor de hogueras, en otras comarcas cantan en el portal de las casas, sobre todo en las de la novia de alguno de los mozos, siendo incluso frecuente que se invitase a pasar hasta la cocina a los marzantes, y también es acostumbrado que una cuadrilla visite las poblaciones de otro valle, aunque actualmente esté enclavado en otra provincia o comunidad. Con los obsequios en especie recaudados en sus visitas a las casas se celebra al día siguiente una suculenta cena en la taberna o algún local cedido por el Ayuntamiento.

En algunas zonas, dependiendo de la casa visitada, se cantan unas u otras estrofas, así si la casa era de algún principal se cantaban las “Galanas o Floridas”, en la casa del Señor Cura se hace referencia a ella o se incluyen los Mandamientos o las Obras de Misericordia y en el caso de que en alguna casa no hubieran sido bien obsequiados el año anterior les cantan Las Rutonas, de índole satírica, intentando ser mejor recibidos. Pero, eso sí, en todos los casos los mozos siguen rivalizando como los gallos en cantar intentando despertar a la naturaleza con sus, aunque monótonos, sentidos versos y se responden unos a otros, alternando en las estrofas que normalmente constan de cuatro apartados: (sigue en Las Marzas II)

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy interesante, muchísimas gracias por tan extensa y completa explicación, un saludo. ;)