jueves, 6 de marzo de 2008

BURGOS, 18 DE ABRIL DE 1808; "EL DOS DE MAYO BURGALÉS"


Madrid es Castilla desde, por lo menos, el 933 fecha en que su fortaleza es reconquistada por Fernán González, incorporándose desde entonces a su incipiente Condado Independiente. El 2 de Mayo, estos castellanos conmemoran la fiesta de su Comunidad recordando los sucesos de esta fecha de 1808 en que el pueblo de Madrid se supo levantar contra la invasión francesa, como se puede leer en una lapida conmemorativa ubicada cerca del Palacio de Oriente:


A LOS HÉROES POPULARES QUE
EL 2 DE MAYO DE 1808
INICIARON EN ESTE MISMO LUGAR
LA PROTESTA Y SACRIFICIO CONTRA
LAS TROPAS EXTRANJERAS





Y no será raro escuchar, una vez mas, que fueron los primeros, no obstante y sin querer quitarle ningún mérito a aquel glorioso episodio y en honor a la verdad hay que reconocer que los primeros en levantarse contra los ejércitos de Napoleón fueron los burgaleses, veamos como ocurrió:

Burgos, estaba ocupado por las tropas francesas, en numero de 14.000, numero excesivo, para su escasa población de entonces. Los desmanes ocasionados por la arrogante soldadesca, habían hecho ponerse en su contra a las clases populares con las que convivían. Así, no es difícil haber escuchado en Burgos anécdotas como la de una brava criada del Parador del Consulado, que al verse acosada, resolviera con notable ingenio, enseñar a beber en porrón a su violentador, para que cuando este acercase el pitorro a su boca, darle un empujón, clavándoselo en el gaznate y así poder huir. O también como cuando el general Bessieres, recomendaba a sus oficiales, que solían cenar en el barrio de la Colación (S. Esteban), se abstuviesen de retarse a espada con los burgaleses, pues aunque aquellos bizarros gabachos dominaban el arte de la esgrima, los castellanos no dudaban en emplear, en caso de desventaja, una daga que solían portar atravesada al cinto en la espalda y que utilizada hábilmente con la mano izquierda, les servia bien para parar los golpes o para clavarla en el costado de su agresor.

El 18 de Abril de 1808, 15 días antes de aquellos memorables acontecimientos de Madrid, sucedió que Fernando VII, “El Deseado”, se tenía que entrevistar en Burgos con Napoleón, este no acudió a la cita, tal vez informado de que en esta ciudad se le preparaba una revuelta, el rey continuo viaje en su busca, ante el asombro del pueblo que esperaba con esta entrevista el cese de la ocupación de los franceses que abusando de su hospitalidad, habían llegado a imponerles: Amo, ley, costumbres y subditaje, en aras de un moderno absolutismo, que se les hacía difícil de digerir.

Ante esta expectación llegaron noticias de que un correo español que llevaba noticias a Burgos, había sido interceptado y maltratado por los franceses, lo mismo que a varios labradores de la provincia que ejercían de bagajeros obedeciendo ordenes de Savary, esto encendió los ánimos de las clases populares, sobre todo artesanos, que sin dudarlo se dirigieron a casa del Intendente Corregidor para exigirle que cesaran estos abusos, este, asustado decidió refugiarse en el Palacio Arzobispal, que entonces estaba junto a la Catedral, donde le podía proteger la Guardia Francesa.

Los soliviantados burgaleses nombraron una comisión para entrevistarse con el Intendente, a lo que este se negó, así que decidieron en grupo entrar en el palacio, lo que fue recibido por una descarga de fusiles de los Coraceros Franceses. Y así, allí, sobre las escaleras del palacio del Sarmental quedaron tendidos los cuerpos de estos primeros héroes, de los que todavía, una humilde lapida del escultor Valeriano Martínez, situada en las traseras del Arco de Stª María, mirando al lugar donde ocurrieron los hechos, nos recuerda sus nombres:



AL PUEBLO DE BURGOS,
QUE ANTES QUE NINGUNO DE ESPAÑA
SE ALZÓ CONTRA LOS FRANCESES
INVASORES EN ESTA PLAZA,
DONDE MURIERON POR LA PATRIA:
MANUEL DE LA TORRE,
NICOLÁS GUTIÉRREZ Y
TOMÁS GREDILLA.
EL 18 DE ABRIL DE 1808





Hay que añadir, aunque no lo recoge la inscripción, a JOSÉ APÉSTEGUI que resulto herido, muriendo tres días mas tarde.

El 13 de Noviembre de 1814 se celebraron en Burgos diversos actos para celebrar el retorno de Fernando VII, como inicio de las solemnidades un lacayo de la Real Hacienda pregonó al pueblo congregado ante el Rey un documento que por su extensión extractaremos:

“... / ...Ya queda significado que los leales burgaleses fueron los primeros que en 18 de Abril de 1808, declarándose abiertamente contra las tropas del Tirano apoderadas de Burgos... / ...con su heroísmo declararon la guerra que después la Nación ha terminado con tanta gloria... / ...vuestra sangre según la hermosa expresión de Tertuliano ha sido la semilla que con los sangrientos triunfos de que fuisteis primicias, ha restituido a Fernando VII al Trono... / ... ”.


El autor entre componentes del Batallón de Voluntarios de Burgos, en el mismo lugar donde se produjeron los hechos que se narran.


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