miércoles, 27 de febrero de 2008

CABALLERÍA VILLANA



Castilla nace guerrera, la necesidad de defender nuestros territorios nos hizo construir fortificaciones militares en nuestros alcores capaces de mantener nuestra independencia. Esta particular línea de nuestro cielo, marcada de torreones y almenas dio nombre al paisaje de nuestro país: CASTILLA.

Somos estirpe de guerreros; los godos, pueblo indómito, aquí establecido después de su periplo europeo que había hecho sucumbir al imperio romano, prácticamente no conocía otra forma de vida que la conquista y consolidación del territorio.

Estos godos, asentados ya en la Bardulia, convivían, “manu militari”, con un rico campesinado de origen hispano – romano que tampoco había dejado las armas por tener que defenderse aun de los anteriores pobladores: Autrigones, bardulos o bascones, entre otros, que asimismo habían demostrado amplia capacidad defensiva contra las legiones romanas.

En este orden de cosas, y una vez conseguida una prospera convivencia pacifica, donde los godos aportaban sus conocimientos guerreros, protegiendo al resto de la población, llegan las “arrantcadas” moriscas, llamadas por ellos “aceifas” o “algaras”, que sin dar batalla, arrasaban las propiedades y cosechas duramente conseguidas, cuando no exigían alcabalas y tributos humillantes, sembrando el pánico en las villas cuyos pobladores deciden organizarse al mando de un “Comes”, Conde o Señor que ya comandaba una “hueste”.

Muy pronto las “huestes” fueron insuficientes para contener aquellas razzias, esta situación hace que el campesinado, los comerciantes y los clérigos ciñan la espada, acompañada en unos casos de la hoz, en otros de la balanza y en otros de la Cruz, para defenderse en lo que dio en llamarse “CABALLERÍA VILLANA”.

De esta manera crean una incipiente organización militar: “La Mesnada”, compuesta de “peones” de infantería y “ginetes” a caballo, comandada por el “mesnadero“ y los “decenarios” que ejercían el mando subalterno. Cada mesnada tenia un “alférez” portaestandarte, un “anubdator” que se encargaba del alistamiento y la logística, también existían “sayones”, “añafiles“ y “atalayeros” destinados a transmitir las ordenes y dar la alarma haciendo sonar sus cuernos de guerra, y ”Servidores de Abnudas y de Almenas”, encargados de la alimentación y la fortificación, “Escoltas” para la seguridad y “Escuderos”

Mediante el ejercicio de las armas, aquellos habitantes de ciudades y villas entraron en la historia y en las leyendas de gesta de la mano de los héroes épicos castellanos que eran sus lideres naturales, adquiriendo el rango social de caballeros, siendo ya reconocidos como tales en el Fuero de Castrojeriz del Conde García Fernández, (hijo de Fernán González), en el año 974, donde se les equipara a los “Infanzones”, y más tarde por diferentes reyes, como el privilegio de hidalguía otorgado por Alfonso XI, desde entonces y para siempre en adelante, a los hijos de la ciudad de Burgos que hubiesen colaborado en varias “fonsadas” o llamamientos.

3 comentarios:

  1. Enhorabuena por este espacio tan sumamente interesante y pedagógico.

    Gracias por darnos a conocer la Historia de nuestra Castilla.

    Grandes éxitos a Yagüe Garces!!!

    Lady Dy & Sir Mercy

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  2. MUY INTERESANTE lo de las palabras antiguas,Lo proximo , el diccionario de tio Santi.
    TUCO

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  3. No nos aburras con palabreria barata, yagüe... Hay cosas más interesantes de las que hablar...

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